jueves, 29 de enero de 2015

Nuevo CD!

CARLOS PINO
contraolvido



Para que vibren las estrellas
Cuando se elevan las canciones aparecen las obras de arte que sacuden al universo y el hombre se abraza eternamente a los versos, y sueña como un niño remendón de almas, que va libre comiendo ñangapirí bajo la lluvia.
Contraolvido es la expresión cabal de un artista íntegro, templado con el olor a monte, con el crujir del quebracho que cae, con el trago amargo de los olvidados, con las palabras que reclaman, con el pulso de la tierra que lo vio nacer.
Es el canto que describe con dulzura la libertad de los pájaros, es la mirada litoraleña que sigue un vuelo hacia lo infinito. Son canciones que se tejen entre sí para cantarle a la humanidad desde un paisaje; es decir, un mundo cantado a pura voz de una región.
Carlos Pino vuelve a plantar un mojón en el cancionero latinoamericano con una obra excelsa: Si su primer CD como solista, "Entraña de Árbol", editado en 1995, significó un acontecimiento musical por la calidad artística, por los arreglos sensibles que posee; Contraolvido es un ícono de la música popular en tiempos donde se confunden los suspiros. Muestra su vigencia, su calidad interpretativa, sus testimonios antológicos difícilmente superables y ese compendio de virtudes que tienen los grandes hacedores de la cultura popular latinoamericana.
Su voz está dentro de esas voces que cantan un continente vivo, que insinúan una eternidad en chamamés como Aprendiz de mensajero, Pescador de las islas, Señor de los campos o Tendrías que verla.Que hacen latir los corazones sin razas con zamba del chaguanco, con la milonga para un amigo ausente, con canciones como Mujer de la isla, Contraolvido o Elegía del regreso. Que hacen vibrar las estrellas con Cielito mío que precisamente cierra este concierto sublime.
Con Cielito mío como una yapa de vestigio de aquel pasado de oro, Pino nos recuerda el conjunto que brilló de Norte a Sur, de Este a Oeste. Los Trovadores fue el grupo más relevante de la llamada "proyección folklórica" y del Nuevo cancionero en las décadas del 60 al 70. Y Pino caminó con los trova e hizo emocionar los principales teatros y salas de Europa y América Latina, dejó en cada sitio testimonio de su calidad como en una veintena de trabajos discográficos.
Como “una voz que salió del quebrachal” se distinguió en Puente Pexoa y otras como Zamba del Laurel, Para ir a Buscarte. Recogió el reconocimiento de los más grandes maestros de nuestra canción como don Isaco Abitbol, Alfredo Abalos, Luis Landriscina, Albérico Mansilla, Armando Tejada Gómez. Jorge Fandermole, Chito Zeballos, Luis Amaya, Horacio Guarany, Enrique Llopis, Antonio Tarragó Ros, Raúl Barboza, Mercedes Sosa, César Isella, Cuchi Leguizamón, Juan Carlos Carabajal y Miguel Ángel Gutiérrez, para nombrar algunos de los tantos.
Y ahora, entrañables músicos acompañan a la voz del quebrachal, en Contraolvido con esa generosidad maravillosa que distingue a los elegidos como Hilda Herrera, Mónica Abraham, Antonio Tarragó Ros, Quique Condomí, Jorge Giuliano y Melania Pérez.
Contraolvido es pan para el alma y vino para los corazones.

Pedro Jorge Solans
Carlos Paz, julio de 2014


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